El lápiz es uno de los objetos más comunes de la escuela, y uno de los imprescindibles, pero...¿sabemos cómo se hace?
Su fabricación es un proceso que consta de los siguientes pasos:
Partiendo de un bloque de madera, habitualmente de cedro, se divide
en tablitas a las que se le hacen unas hendiduras para colocar las
minas.
A continuación se aplica pegamento en los surcos de las tablillas,
se colocan las minas de grafito en una de ellas y se coloca la otra
encima.
Una
vez seco el pegamento, otra máquina se encarga de practicar hendiduras a
ambos lados de la tabla por donde se separarán los lápices.
Primero, se cortan desde la parte superior hasta la mitad.
Y después desde la parte inferior hasta encontrar el corte anterior en la mitad de la tablilla.
Así, de las tablillas encoladas obtendremos nueve barras similares a lápices.
Por lo tanto, recuerda que las minas no son metidas a presión dentro
del lápiz, sino que se colocan entre dos tablillas ranuradas de madera.
Llegados a este punto, la mayoría de los lápices se barnizan de
colores. Para ello, los lápices se sumergen en un bote de pintura de
colores y después se secan rápidamente.
Después, se estampa el nombre de la firma y el grado de dureza de la
mina, p.ej. HB, en los lápices barnizados. Así es más fácil reconocer
quién ha fabricado los lápices y si su mina es blanda o dura.
Finalmente, los lápices serán afilados y pasarán un control estricto
de calidad antes de abandonar la fábrica y dirigirse a los puntos de
venta.
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